NUEVO LEÓN ESTÁ ROCIANDO LAS NUBES CON YODURO DE PLATA, UNA DUDOSA TÉCNICA PARA MODIFICAR EL CLIMA

La peor crisis de agua que ha enfrentado un estado en México, Nuevo León, se ha agudizado desde febrero de este año, cuando las autoridades emitieron una declaratoria de emergencia, el panorama no termina por ser alentador dada la escaza disponibilidad del recurso hídrico, así como las problemáticas que derivan del descontento de la población por las concesiones que hay para uso del recurso en industria y fines agrícolas.

Ante esta problemática se decidió comenzar a rociar yoduro de plata en las nubes para inducir lluvia, mediante una inversión de 70 millones de dólares en un avión que distribuye el químico, el cual ha hecho vuelos en las última semana para rociar 300 litros de yoduro de plata sobre los municipios de Santiago, Allende, Rayones, Montemorelos, Hualahuises, Iturbide, Linares y Galena

Sobre esta técnica, la ciencia ha dicho mucho, pues hay ensayos, macro estudios y muchos análisis, pero si de algo carece la siembra de nubes y su efectividad, es de consenso científico.

¿Siembra de nubes?

El principio detrás de la siembra de nubes es relativamente sencillo: partículas de hielo seco o de yoduro de plata, la sustancia más usada en la siembra de nubes, sirven como una especie de plataforma que ayuda a que los cristales de agua, ya presentes en las nubes, se adhieran y ganen peso. Cuando los cristales de hielo ganan suficiente volumen y peso, entonces caen por efecto de la gravedad.

De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, la siembra de nubes es tan popular que más de 50 países experimentan con ella o tienen proyectos que le incluyen, pues el número y duración de las sequías han aumentado en un 29%según un informe especializado de la ONU.

La práctica de siembra de nubes se popularizó rápidamente después de los primeros experimentos de Vincent Schaefer, Irving Lagmuir y Bernard Vonnegut, donde comprobaron que partículas de hielo seco disparaban la proliferación de cristales de hielo en condiciones controladas.

Que los “núcleos de hielo” alcancen el volumen suficiente para caer, está directamente relacionado con la temperatura de la nube. Un núcleo de cristal desciende cuando la nube alcanza -40 grados centígrados, aproximadamente, pero utilizando químicos como el yoduro de plata, la teoría es que los cristales alcanzan suficiente volumen incluso con temperaturas más cálidas, entre -10 y -20 grados.

La descrita es una siembra glaciogénica y es la que se practica en Nuevo León. Para ella, en primer lugar, es necesaria la existencia de nubes frías que tengan agua sobre-enfriada.

Nuevo León en crisis por falta de agua
Créditos: El Universal

Por otro lado, la siembra higroscópica es la que se ajustaría a nubes que son más cálidas que -10 grados, y consiste en utilizar sal de mesa para contribuir a que gotas de agua choquen y así ganen volumen para después generar precipitación.

¿Qué dice la Ciencia?

Respecto a este tema en la comunidad científica hay escepticismo sobre la efectividad de la siembra de nubes, con todo y que hay estudios que han concluido que la siembra tiene potencial para inducir precipitaciones, bajo algunas condiciones.

El tema es si las pruebas pueden o no ser replicables, un elemento vital de todo procedimiento que se denomine científico.

La Academia Nacional de Ciencias en Estados Unidos hizo sus propias pruebas pero no encontró evidencia estadística de aumentos significativos de lluvias al utilizar técnicas de siembra de nubes. Esta academia también ha recibido en Estados Unidos más de 800 informes con procedimientos de distintas magnitudes en cuanto a siembra de nubes.

El problema en todos es el mismo: condiciones difícilmente extrapolables para conseguir el mismo resultado.

En 2017 llegó el que sería el estudio definitivo para entender cómo impacta la siembra de nubes en las precipitaciones, el WWMPP hizo más de 150 ensayos y una de las conclusiones es que la siembra podría incrementar la capa de nieve en un máximo del 3% durante toda una temporada.

Los detalles que favorecieron escepticismo siguieron estando presentes, por una parte porque todos los ensayos se hicieron en nubes montañosas, y por otra porque no todos los ensayos tuvieron resultados favorables.

No creo que la siembra de nubes resuelva el problema, pero puede ayuda, debe ser parte de un plan de agua más amplio que implique conservar el agua de manera eficiente, no podemos centrarnos solo en una cosa.”

Katja Friedrich, investigadora de la universidad de Colorado.

¿Y el medio ambiente?

Las pruebas sin consenso han provocado otra discusión en torno a los potenciales efectos de aerosoles como el yoduro de plata, pues la plata es considerado como un metal pesado de alta toxicidad. Andrea Flossman, miembro del equipo de expertos de la OMM, ha subrayado que la siembra de nubes a nivel local tiene potencial de generar efectos no deseados en otro lugar.

La atmósfera no tiene paredes.”

Andrea Flossman

Por el momento, se sabe que el yoduro de plata tiene una muy baja toxicidad y que las partículas de plata encontradas a partir de la siembra de nubes son de aproximadamente el 1% del total de emisiones de la industria a la atmósfera.

Sin embargo las preocupaciones se mantienen, sobre todo en tanto más se extienden las prácticas con resultados no comprobados, de momento las emisiones parecen seguras.

Si la práctica de siembra de nubes se intensifica a gran escala, la toxicidad por plata y otros temas ambientales podrían volverse una preocupación

Rob Jackson

En 2021, México dedicó 35 millones de pesos y cuatro aviones para sembrar nubes en Sonora, Baja California, Sinaloa, Zacatecas, Durango y Coahuila.

Según la comisión Nacional de las Zonas Áridas, el éxito de su proyecto fue tal, que las lluvias aumentaron en un 40% y los efectos de las sequías en México se mitigaron en un 98%.

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